El Granada volvió a perder la pasada jornada en Pucela, y lo peor es que en esta ocasión de nuevo volvieron a rememorarse los fantasmas del pasado.
El rendimiento de los rojiblancos decayó en exceso comparado a partidos anteriores y una vez en desventaja en el intento de marcar a la desesperada, el equipo quedaba partido acumulando jugadores de ataque en exceso que no llegaron a penas a tener oportunidades de marcar y pecaron de precipitación.
Pasamos a analizar las claves del encuentro.
1 Miedo a perder:
En la primera parte el Granada sustentó su juego en intentar dejar su portería a cero con un sistema defensivo algo más retrasado de lo habitual. Así, aunque el Granada dejó la posesión al Valladolid, estos a penas llegaron a tener ocasiones que eran tapadas por el tejido defensivo impuesto por Anquela. Por su parte los pucelanos no se atrevían a atacar con todos sus efectivos ya que cuando los rojiblancos les robaban en sus intentos de salida llegaban arriba con mucho peligro jugando a la contra.
2 La diferencia estuvo en el enganche:
El partido puede definirse por lo que aportó a cada equipo su mediapunta. En el Valladolid Oscar guiaba todos los ataques de los suyos, filtrando pases para los extremos y a Manucho, que complicaron bastante a la zaga visitante. Llegó incluso a atreverse con jugadas individuales y disparos a portería. En cambio Orellana no desplegó el juego necesario para que un enganche brille en el juego de su equipo. Más bien ausente, sin demasiadas ideas y muchas perdidas y errores en los pases, pasó demasiado desapercibido excepto en alguna llegada a puerta desde segunda linea. ¿Echó de menos el Granada la baja de Brahimi? Seguramente, aunque hay que entender que su juego no es comparable.
3 Cuestión de pegada:
Manucho estuvo muy participativo y con buenos remates a puerta que le permitieron marcar el gol de la victoria. Complicó mucho a los centrales y Toño tuvo que emplearse a fondo para evitar un par de tantos suyos más. Sin embargo en los rojiblancos estuvo ausente esa referencia. Primero El Arabi no consiguió participar en las acciones de ataque de los suyos y sus disparos se marchaban desviados, estaba fuera del partido. Cuando entró Floro Flores quisó hacer la guerra por su cuenta, pecando de individualista en ocasiones en las que había compañeros mejor colocados y mostrando también que su punto de mira no está demasiado afinado.
4 El descanso fue clave:
Tras el paso por los vestuarios los blanquivioletas salieron con mucha fuerza y en los primeros minutos gozaron de oportunidades claras, en una de las cuales llegó el gol y poco después pudieron sentenciar el partido. Sin embargo el Granada salió falto de concentración y el orden de la primera mitad, concedieron demasiadas ocasiones al rival y no fueron capaces de volver a meterse en el ritmo del encuentro. Una vez más los nazaríes
concedieron el gol en un error defensivo. En esta ocasión en una
desincronización en la que Diakhaté intentó salir al corte de forma
precipitada y Manucho le ganó la espalda superando por velocidad a Nyom que no hizo la cobertura a su compañero de forma correcta. El Valladolid sustentó su victoria en la defensa que dejó "secos" a los delanteros granadinos.
5 Incapacidad de reacción:
En lo que va de temporada el Granada no ha sido capaz de remontar para ganar ningún partido que haya comenzado perdiendo. Y eso que en la mayoría de los partido ha comenzado perdiendo pero cuando más acechan a su rival, o este le mata a la contra o llega la desesperación porque el gol no llega. Ha llegado incluso a jugar con todos sus delanteros volcados al ataque pero nunca ha llegado el tanto necesario de la remontada. Los jugadores rojiblancos, cuando se acercan los últimos minutos de los partidos, sobre todo los que van perdiendo acusan
en exceso los nervios y la precipitación. Y a veces el sentimiento de
impotencia. Así son incapaces de generar ninguna jugada que ocasione peligro real a su favor.
El Granada tiene ahora una semana clave y es que tendrá que jugar la eliminatoria de vuelta de Copa del Rey contra el Zaragoza que le permitirá a Anquela hacer probaturas de cara al partido del domingo contra el Espanyol que se antoja fundamental de cara a no hundirse en la clasificación. Y es que los periquitos ahora mismo son rivales directos, y parece ser que visitarán Granada con las aguas un poco revueltas. Y lo mejor, o lo peor, es que ambos partidos serán en Los Carmenes, arropados por su publico, aunque ya un poco ansioso por ver ganar a los suyos tras tres derrotas locales consecutivas.
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