El Granada sumó en La Romareda un punto, que para algunos significa mucho viendo los últimos precedentes contra rivales directos y para otros se queda corto por el conformismo que mostró el equipo durante buena fase del partido. En realidad, ni para el Zaragoza ni para el Granada es demasiado consuelo, ya que sienten el aliento del descenso, pero en caso de derrota el otro se hubiera distanciado. Así que debe tomarse por bueno y pensar en lo que queda para seguir sumando.
Pasamos a analizar las claves del último partido.
1 Juego poco fructífero:
El Granada tuvo fases de dominio de la posesión en La Romareda, pero su juego se reducía a transiciones hasta llegar a tres cuartos de campo. Allí se nublaban las ideas y las jugadas acababan en pases o regates sin premio. Sin embargo y aunque con menos posesión el Zaragoza parecía mucho mas peligroso, ya que en jugadas con velocidad conseguían llegar con facilidad hasta la frontal donde se sacaban duros disparos que ponían a prueba la agilidad de Toño. Deben presentarse otras alternativas de juego cuando no se consigue hacer daño al rival y tu juego es previsible y fácil de desactivar por el contrario. Con el dominio de la posesión solo se consiguieron dos disparos a puerta y una sola intervención del portero, demasiado poco para un equipo que aspira a quedarse en primera.
2 Fundamental no encajar:
Tanto Zaragoza como Granada vieron básico en su intento de victoria salvaguardar su meta y no encajar gol. Ighalo estuvo a punto de lograrlo para los granadinistas y Rochina el que más lo intento por parte maña, pero ambos sin éxito. Las defensas se impusieron a las delanteras y salvo acciones puntuales a balón parado o con disparos lejanos, apenas se creo peligro para uno u otro equipo. Queda claro que la base de un club modesto está en no encajar e intentar a provechar las oportunidades. Esta vez se consiguió a medias, pero al menos marca el camino que debe seguirse y da moral a la zaga para sustentar su trabajo.
3 Nula pegada:
Aunque no excesivamente numerosas el Granada dispuso de sus ocasiones, incluso bastante claras algunas de ellas. Pero los acercamientos casi nunca se fructifican en ocasiones de gol. Además se gozaron de numerosos corners que se desaprovecharon cuando podrían haber decantado el partido. Se echa de menos un jugador que dispare duro desde la frontal, o simplemente ponga a prueba al portero que solo tuvo que hacer una parada a un disparo flojo de Buonanotte ya en la segunda mitad. Faltaba maldad de cara a puerta. Solo se consiguió crear verdadero peligro a balón parado. Ighalo estuvo activo pero con el punto de mira desviado, y El Arabi directamente ni estuvo, se limitó a vivir el partido en fuera de juego.
4 Cambios defensivos:
Quizás por el temor a sumar una nueva y dolorosa derrota que hubiera sido la cuarta consecutiva y de nuevo contra un rival directo el equipo mutó su esquema de inicio. En los últimos minutos del partido Lucas Alcaraz introdujo en el campo jugadores que salvaguardaran su portería, dando por bueno el punto sumado. Durante toda la temporada solo se había hecho planteamientos similares en partidos con el marcador a favor intentando asegurarlo, siempre conseguir la victoria. El lunes no fue así, se prefirió no ganar antes que la posibilidad de perder. Antes se hubieran lanzado de cara a por el partido, pero tras el mazazo de Vigo y el postrero gol del Mallorca, el temor a una nueva derrota en el intento de conseguir el gol de la victoria fue determinante a la hora de decidir los hombres de refresco, Iriney por Recio y Angulo por Nolito.
5 Faltó ambición:
En los últimos minutos ambos equipos, pero sobre todo el granadino pecó de conformista y nulo de ambición. Se reflejó sobre todo en la última jugada a falta de 20 segundos y con posesión favorable en la que en lugar de que el partido muriera en campo contrario buscando el gol de la victoria como por ejemplo hizo el Mallorca en Los Cármenes, el balón se retrasó hasta que el árbitro señaló el camino a los vestuarios con el patadón de Toño. Al menos se hizo en La Romareda porque ese comportamiento en Granada hubiera sido reprochado por la grada.
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