Hace pocas semanas solo se hablaba de la mala racha del Granada que encadenaba 9 semanas sin conseguir una victoria. Pero entonces el Club decidió que era conveniente que el equipo tuviera una concentración en Marbella que ahora se comprueba está saliendo rentable. Desde entonces el equipo encadena 4 jornadas consecutivas sin perder y ha sumado 8 puntos de 12 posibles, el último logrado con un empate in extremis en el difícil campo de Anoeta frente a la Real Sociedad que este año se está mostrando muy fuerte.
Pasamos a analizar las claves del último partido.
1 Planteamiento defensivo:
Lucas Alcaraz preparó el partido bajo una condición básica, dejar el dominio del balón a la Real y esperar replegados para intentar evitar que el rival creara ocasiones de peligro y aprovechar las suyas en rápidas salidas en contraataque. Cierto es que no salió todo como se esperaba. Primero porque los vascos se adelantaron muy pronto en una acción a balón parado y segundo porque dispusieron de numerosas ocasiones no solo para marcar sino para golear a los rojiblancos, algunas de ellas a la contra donde los de Montanier son letales. Eso sí, los conceptos estaban claros y prácticamente todo el partido el Granada defendió con sus líneas muy juntas y aprovecharon sus oportunidades para crear peligro, especialmente en los últimos minutos de partido.
2 Equilibrio del partido:
Tras dar un duro golpe a las esperanzas granadinas con un gol a la contra cuando se llegaba al descanso, en la segunda parte la Real salió al campo a divertirse y hacer un verdadero roto al Granada. No solo fueron 2 disparos al palo y algunas acciones que salvó Roberto, sino que su despliegue de juego y toque pasó por encima a los andaluces. Casi parecía un rondo entre jugadores txurri-urdines y los contrarios granadinistas parecían no ser capaces de seguir su ritmo. Pero con el paso de los minutos y las ocasiones falladas, los realistas se fueron viniendo abajo, moral y sobre todo físicamente y el partido empezó a equilibrarse medida la segunda mitad.
3 Llegar con vida a los últimos 15 minutos:
La Real no mató el partido cuando pudo y terminó pagándolo caro. No fueron capaces los locales de controlar el ritmo de partido alocado que se instauró en los trepidantes últimos 15 minutos de juego de ida y vuelta. Este ritmo frenético beneficiaba al Granada que había esperado paciente su oportunidad y aunque estaba por detrás en el marcador, en ese final abierto solo podía salir beneficiado ya que tenía poco que perder y mucho que ganar.
4 La fuerza del conjunto:
Entonces salió a la luz el carácter de equipo de los rojiblancos y los once jugadores que estaban sobre el campo dejaron hasta el último gramo de esfuerzo en intentar atacar con peligro a la vez que bajaban para defender y robar la pelota rapidamente. Se les veía fuertes físicamente e imprimieron un alto ritmo que la Real no se esperaba y no fue capaz de frenar. Así los chicos de Alcaraz se multiplicaron sobre el césped y acumularon una oportunidad tras otra durante los minutos que se volcaron al ataque. Era un vendaval rojiblanco que sorprendió a la Real que no esperaba este arranque de casta y coraje que acabó costándole 2 puntos. Desde Marbella el equipo no son 11 jugadores de corto en un rectángulo de juego, ahora más que nunca son un conjunto, equilibrado y solidario, con sus defectos y sus virtudes, pero todos peleando por un objetivo común y convencidos de que todos son importantes y juegan un papel fundamental por el bien del Granada.
5 Por fín el descuento ayudó:
Y esta vez sí, consiguieron el ansiado tanto del descuento. Hasta ahora el Granada prácticamente lo único que había hecho en el descuento era perder puntos, bien por tantos en contra o por desafortunadas acciones que no acabaron en gol porque la suerte no lo quiso. Pero esta vez tocaba, y el equipo y toda la afición rojiblanca estallaron de alegría al comprobar que el balón impulsado por Recio acabó besando las mallas de la portería Realista. El descuento nos debía una (quizás bastantes más) y el Granada se la cobró en Anoeta.
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