Continúa la caída libre de los de Alcaraz, que solo han sumado 2 de los últimos 18 puntos en juego, y aunque la imagen que muestra el equipo no desagrada, la falta de definición condena al equipo a seguir perdiendo puntos. Esto hace que los granadinos estén en plena lucha por evitar el descenso y con un calendario por delante algo complicado contra rivales que tienen aspiraciones europeas.
Pasamos a analizar las claves del último partido.
1 Juego sin ocasiones:
Desde hace varias jornadas el juego del Granada en el centro del campo es eficiente, controla los partidos y en fases del partido domina al rival. El problema es que no se traduce en ocasiones de gol, aunque sí en acercamientos al área que suelen terminar en nada. Falta ese punto imaginativo final que fructifique en una ocasión de gol el juego desplegado por el equipo. Cuando el juego signifique peligro real para la portería contraria el Granada tendrá mucho ganado, pero hasta ahora sigue buscando la finalización de las jugadas mientras que los porteros contrarios suelen contemplar con relativa tranquilidad los partidos.
2 Mostrando cartas:
Al menos el partido de Bilbao ha servido para que varios jugadores muestren sus cartas. El Arabi ha vuelto a demostrar que no está en la dinámica del equipo y que no se le espera, por lo que tendrá difícil que Lucas cuente en exceso con él. Sin embargo situar a Brahimi en la medular ha desatascado el juego en esa zona, aunque por los riesgos que suele tomar el francés sea necesario que se coloque junto a él un fiel escudero como pueden ser Mikel Rico o Iriney. Con la baja de lo que resta de liga de Benítez, se estima que Nolito será pieza clave, al que solo le falta algo de continuidad durante los encuentros, aunque por lo pronto sobresale sobre el resto de sus compañeros. En el otro costado se notó la ausencia de Torje cuyo trabajo contribuye de forma muy beneficiosa al equipo ante los altibajos de Bonanotte. Y la defensa como durante toda la temporada sigue mostrando dudas que cuestan puntos al equipo.
3 Despistes defensivos:
Una vez más un despiste defensivo sale caro al Granada. Y pudo ser peor si no llega a ser por la caída de un segundo balón al campo que anuló el tanto de Ander tras perdida de Iñigo. Casi todos los goles en contra de las últimas jornadas son consecuencia de errores de bulto y evitables de alguno de los miembros de la retaguardia. Para un equipo poco goleador es una penalización demasiado alta. En el trabajo defensivo, el bloque suele trabajar bien, el problema es que un simple error individual de alguno de sus miembros estropea el trabajo conjunto del resto. La cuestión es si hay repuestos de garantías en el banquillo o si habrá que seguir esperando que esos errores puntuales desaparezcan.
4 Fortuna esquiva:
Una vez más los últimos minutos pudieron cambiar el devenir del partido. Y otra vez la suerte fue contraria a los intereses granadinistas. Esta vez fue el palo el que se interpuso entre el disparo de Brahimi y la red. Y no es la primera ni será la última vez que la suerte, esa que apenas acompaña al equipo, le de la espalda. Y es que parece que a los rojiblancos les ha mirado un tuerto. Con algo más de fortuna se podría contar con un buen puñado de puntos más en el casillero. Pero la suerte también juega, aunque más bien en contra.
5 Motivación:
Es celebre la frase que dice que "el fútbol es un estado de ánimo". Pues a pesar de contar con un gabinete psicológico, el Granada está inmerso en una dinámica perdedora de la que solo se puede salir con una correcta motivación. La moral del equipo está por los suelos tras 6 jornadas sin conseguir ganar y con derrotas dolorosas e inmerecidas contra rivales directos. Ahora es fundamental que el cuerpo técnico incida en la preparación mental de los jugadores para salir de este atolladero y recuperar el nivel y la claridad que un equipo de primer nivel debe tener para rendir al máximo de sus posibilidades.
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